INTOCABLES DE LA INDIA (IV ENTREGA)



En el tradicional sistema de castas de la India, y a pesar de la actual prohibición y las leyes dictadas y aprobadas para normalizar las relaciones en esta convulsa sociedad que se resiste a abandonar los sistemas tradicionales de vida heredados y transmitidos de padres a hijos; un paria, un intocable, dalit, harijan, o panchamas , es una persona que, de acuerdo con las creencias hindúes admitidas de facto, se considera fuera de las cuatro varnas tradicionales, o niveles por encima de éste. Varna se refiere a la creencia de que muchos humanos fueron creados a partir de diferentes partes del cuerpo de la divinidad Púrusha, y la parte de la que cada varna fue creada define el estatus social de una persona en relación con aspectos como con quién puede casarse y qué profesiones puede desempeñar.

Los dalits (parias, que se podría traducir por oprimido, pisoteado, aplastado), son pues  los intocables, una clase tan baja que se considera fuera de los varnas. Los hinduistas consideran que los dalits son tan bajos como perros y para sobrevivir suelen trabajar en los espacios laborales permitidos por el sistema de castas, como el de recoger excrementos humanos con las manos.

No es extraño pues que sean los hijos de estos intocables, los niños los que suelan limpiar los inodoros del colegio al que acuden, cuando tienen la oportunidad de hacerlo.​

Aproximadamente, uno de cada seis habitantes de la India es dalit. La mayoría de “intocables” viven en pobreza extrema, con menos de un dólar al día, y sufren no sólo desigualdad económica, sino discriminación social. Su status en la vida, y sobre todo sus derechos, están predeterminados desde el nacimiento debido al sistema de castas, una antigua forma de opresión y segregación que aún pervive.

 Hay más de 70 millones de niños dalit en la India. Un alto porcentaje vive con menos de 50 céntimos al día y no asiste a la escuela o abandonan los estudios después de primaria. Sólo una cuarta parte de las niñas que viven en zonas rurales van al colegio. Los niños y niñas dalit afrontan habitualmente abuso verbal y físico por parte de sus profesores y compañeros. 

Los estudiantes dalit, además de lidiar con la pobreza extrema, hacen frente al estigma social: independientemente de sus esfuerzos en clase o en el trabajo, nunca conseguirán la igualdad de oportunidades por el simple hecho de haber nacido dalits. Se les considera impuros. 

En casi un 40% de los colegios gubernamentales, los niños dalit deben comer separados del resto de alumnos; y en el 20% no se les permite beber agua de la misma fuente. 
Más de la mitad de la población infantil dalit, un 54%, presenta signos de desnutrición. El 21% tiene deficiencia de peso severa y el 12% muere antes de cumplir los cinco años. 83 de cada 1000 niños dalits son susceptibles de morir antes de cumplir el primer año de vida. (Jason Taylor / ActionAid)
 

Así pues tenemos que entender el concepto de " Casta" como  la denominación  histórica de la forma de  estratificación establecida, en forma tradicional y prescriptiva, por el  hinduismo, el cual clasifica a las personas dentro de la sociedad en cinco grandes  grupos:
·        Los brahmanes (sacerdotes, maestros) son la casta más alta, que —según ellos— salieron de la boca de Brahmá.
·        Los chatrías (políticos), que salieron de los hombros de Brahmá.
·        Los vaishias (comerciantes y artesanos),que provienen de las caderas de Brahmá.
·        Los shudrás (esclavos o siervos, obreros y campesinos), que se formaron de los pies de Brahmá.

Este problema racial en India es, en gran medida, herencia de la invasión indo-aria, en la que los invasores autodenominados arya, impusieron una segregación racial mediante rígidas leyes religiosas para evitar el mestizaje con la población aborigen que los superaba en número, cosa que lograron en gran medida durante 900 años, que es el tiempo que duró la  civilización véda.

Así se comprende en la actualidad que  las castas bajas tienden a ser de un tono bastante oscuro, mientras que las castas altas, con más ascendencia indoaria, son de piel más clara.

Estos aborígenes eran pueblos de lenguas dravídicas y de otros grupos y se hallaban sobre todo en las selvas del sur de India. Los drávidas eran considerados por los arios como subhumanos, espiritualmente impuros y animalizados.

El sistema de castas fue desafiado por el Budismo, la principal disidencia del hinduismo, y flexibilizado (recientemente en el siglo XX) por los movimientos de derechos sociales. 
La prédica del Mahatma Gandhi contribuyó a una sociedad no dependiente de los preceptos religiosos, el gran padre y defensor de la no violencia, que finalmente acabaría victima de este odio visceral entre las diferentes castas del País..

La postura de Gandhi ante el sistema del que hablamos fue difícil y compleja. Él tuvo a los Dalit por Harijan que significa “el pueblo de dios”, y veía el sistema de castas como una diversificación de ocupaciones y no lo quería ver como una estructura jerárquica, ni tampoco como una división vertical, sino más bien como una división horizontal donde todos eran iguales. 

Por tanto, rechazó la discriminación y la segregación dentro de las castas.. También criticó el sistema diciendo que “no importa con qué nombre lo describamos: Dios es el mismo y no hay otro, y si todos somos hijos del mismo creador, no puede haber, como es natural, ninguna casta entre nosotros”.
Al tiempo que recordaba las enseñanzas de Buda; “Un hombre no se hace brahmán por dejarse el pelo largo, ni por familia, ni por nacimiento. El hombre en quien habita la verdad y la santidad exulta de alegría y es brahmán” (Dhammapada, 393).
El sistema de castas está profundamente ligado al hinduismo (una de las tres religiones principales de la India). Las castas se multiplicaron de acuerdo con los cambios introducidos en la ley brahmánica y por diversidades regionales, que establecen subdivisiones de hecho. 



 
 Es necesario recordar que por ejemplo en la doctrina Hinduista:
·        El matrimonio con una persona de inferior varna se considera impuro y contaminante.
·        Aceptar alimentos tocados o cocinados por una persona de casta inferior también es contaminante.
·        El mero contacto de la sombra un shudra (esclavo) y un brahmán (sacerdote hinduista) arruina el dharma de ambos.

Así, lógicamente al estar fuera de las varnas, a los parias, históricamente, solo se les ha permitido realizar los trabajos más marginales​ Se incluyen los trabajadores del cuero, los granjeros pobres y los jornaleros sin tierra, los artesanos callejeros, los artistas populares, los lavanderos de ropa y otros.
Tradicionalmente eran aislados en sus propias comunidades, hasta el punto de que las clases superiores evitaban el contacto de sus sombras.
A pesar de los intentos por erradicar estas prácticas, por parte de las autoridades gubernamentales, la discriminación contra los "Intocables" existe aún tremendamente arraigada en zonas rurales y en la esfera privada, y no resulta nada raro, el manteniendo de los matrimonios arreglados, la sumisión absoluta de la mujer al varón, la venta en la práctica de mujeres, hijas, esposas, y una interminable lista de despropósitos basados en la herencia cultural y tradición.


No obstante si se ha avanzado en las grandes urbes y en los estatus mas culturalizados de su sociedad  desapareciendo prácticamente estas prácticas ancestrales  en zonas urbanas, en las de un estatus económico más elevado y en la esfera de lo público, tanto en lo relativo a libertad de movimiento como en el acceso a la educación y la escolarización. ​
Aun en nuestros días los intocables, estos dalits son a menudo víctimas de la violencia, con prácticas de linchamientos, asesinatos y violaciones en el caso de la mujer.

La religión mayoritaria entre los dalits o parias es el budismo (40%), seguida del sijismo (31%), el hinduismo (20%) y por último el cristianismo (9%). Tanto el budismo como el sijismo y el cristianismo condenan el sistema de castas hindú.


 Sin embargo, la conversión a otra religión no evita que sufran discriminación (quizás no por parte de sus correligionarios pero sí por la mayoritaria sociedad hinduista).
El sistema de castas es una manera particular de estratificación social al que se pertenece solamente a través del nacimiento y se caracteriza por tener un sistema sólido, rígido e inmóvil. El sistema de castas en la India describe la estratificación social y las restricciones sociales presentes en el subcontinente indio, donde las clases sociales (varnas o ‘castas’) vienen definidas por miles de grupos hereditarios endógamos, a menudo llamados yati o ‘clan’). Dentro de un yati existen grupos hereditarios denominados gotra, el linaje de un individuo.


La Casta es un sistema social en el que el estatus personal se adjudica de por vida, por tanto en las sociedades organizadas por castas los diferentes estratos son cerrados y el individuo debe permanecer en el estrato social en el que nació, nunca puede salir del.

Las características que diferencian los distintos estratos sociales son: la raza, la religión, etc. que por accidente adquiera al nacer y con lo cual no puede cambiar.
Las sociedades de castas pueden verse como sociedad de clase en la que se adquiere clase social con el nacimiento.

 Los sistemas de castas rechazan las relaciones estrechas con miembros de otras castas.
Esa «pureza» de castas suele mantenerse mediante regla de endogamia, el matrimonio debe ser entre personas del mismo grupo social.


El aspecto que delimite mejor las fronteras de casta, aparte de reglas de matrimonio, sea la comensalidad. Los miembros de una casta solo comparten alimentos cocinados y servidos por miembros de su misma casta o ligeramente superior o inferior. Igualmente la dieta es un baremo primordial. Los tabúes alimenticios propios de cada casta y las reglas de etiqueta gobiernan poderosamente las relaciones entre castas.
La casta repercute en múltiples aspectos de la vida de las personas. Determina su posición en una estática división de trabajo. Prohíbe el matrimonio entre personas de distintas castas, pues ello implica la expulsión de ambos contrayentes de sus respectivas castas. 
Dado que el sistema de castas es algo religioso, una manifestación de la creencia que da coherencia al hinduismo, no se puede desmantelar con decretos administrativos, burocráticos, o ni siquiera, humanitarios. Los cerrados mundos de las castas influyen poderosamente en la población.

Actualmente según la ONU a través de un informe elaborado por la ONG "Sulabh International", todavía quedan una ingente población de hombre, mujeres y niños  intocables en la India. 
Prohibida por ley desde 1993, este sistema de castas a principios de 2007  los esfuerzos del  Gobierno, han chocado frontalmente con todo tipo de resistencia  y obstáculos tradicionales  para acabar con esta vergüenza social tanto con la obstrucción de las autoridades regionales que negaron tener el problema, como con la noción hindú de "impureza". 




La comunidad dalit tiene acceso limitado a la salud pública. La salud de calidad es para ellos inasequible y prohibitiva, por lo que sólo recurren al médico en casos extremos o de urgencia a pesar de que más del 30% de los empleados de la salud pública se niega a hacer visitas en hogares dalit. 
La situación se agrava debido a que un tercio de estos hogares no disponen de facilidades básicas o saneamiento, por lo que los pequeños están más expuestos a las enfermedades. 
Las niñas y mujeres dalit sufren lo que en India se conoce como “triple discriminación”: de casta, de clase y de género. Hay una media de mil violaciones de mujeres dalit al año y muchas niñas aún son explotadas sexualmente como devadasi o “sirvientas de Dios”.
 Esta antigua práctica religiosa que impone la prohibición de casarse y la obligación de servir en un templo, recluta a miles de niñas cada año en lo que actualmente es un sistema ilegal pero organizado de prostitución. El 93% de las devadasi son dalit.
Pese a los esfuerzos realizados por el gobierno hindú, que ha impartido programas de formación en oficios como sastrería, peluquería, o informática para salvar a los intocables de las garras de su destino, la tarea sigue siendo ingente y la revolución silenciosa y lenta.





En La India su actual Constitución no prohíbe el sistema de Castas, pero si la discriminación por razón de la misma, a pesar de ello, la realidad es que los intocables existen y malviven a su alrededor aunque para muchos sean invisibles, de  entre ellos un 63% son analfabetos y un 85% no tienen propiedad.

 Los Dalit son pobres económicamente, porque la mayoría no gana más de 80 céntimos de euro por día. Son jornaleros sin tierra, que pueden acabar siendo jornaleros esclavos de un señor, si son víctimas de prácticas de préstamo injustas por parte de los terratenientes. 

Políticamente no tienen poder alguno. A nivel nacional es una minoría que no cuenta en absoluto, aun tratándose de una sociedad democrática. Un tercio de ellos no tiene acceso a los crematorios junto con las otras castas. Una quinta parte tiene que caminar largas distancias para traer agua, no porque no haya agua en el pueblo, sino porque no les es permitido compartirla.
 





Referencia bibliográfica: MICHAEL AMALADOSS, Vivir en libertad. Las teologías de la liberación del continente asiático (Estella, Verbo Divino 2000; idem, “La india despierta”: Razón y fe (marzo 2006) 235ss.


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