EL TUNEL

cuando ya no nos quede nada,
ni tan siquiera el silencio de la noche
cuando hayamos llegado al final
torpemente, del camino,
De entre las sombras del abismo
en el fondo infinito del tunel
los obscuros cerrados ojos
para siempre,
tenderè mi mano en verso franco
buscando en tu aliento
nueva vida.
Y de las palabras màgicas
que nos salvan y redimen
surgirá un manantial en carne viva
de esperanzas verdes
y ojos claros
y como mudos nos abrazaremos
temerosos, entrelazando tibiamente nuestras
lagrimas, hasta la muerte.

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