OTOÑO

No es posibles escapar del hechizo metalico
del tañido de la niebla purpura,
en la campana,
mientras arropas tu miedo
en lo profundo del valle
y duerme el murmullo del tiempo
aguardando hasta que escampe.
En el silencio
se apaga la ultima luz del firmamento
y ni la sombra alargada del sueño
es tan cobarde.
Los árboles se desnudan
y se pintan de colores suaves, sin verguenza.
El ocre de las montañas,
el amarillo
rincon donde mis anhelos yacen.
Todo huele a caricias cálidas
en frio envueltas de agonica noche
de pesadillas de sangre, entre algodones de
hambre.
Aqui espero vacio,

de manos blancas, en humus y escarcha
hundido, podrido de vida extraña
musgo y erizo de espinas preñado.
Hasta que alcance el Roble, y el Castaño
de raices profundas y rios desbordados.
En hielo claro, sonámbulo de alma nueva
quedo, como Luna ciega
camino añorado, sobre otro OTOÑO incierto
en carne viva.

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