LOS TORITOS DE PUCARÁ; SIMBOLOS DEL PERÚ MÁGICO.

SIMBOLOS DEL PERU MÁGICO; TORITOS DE PUCARÁ. Observando las típicas construcciones de pueblos y aldeas del Perú Andino, descubrimos casi sin querer sobre los alerones a dos aguas de sus tejados, los conocidos como “Toritos de Pucará”. Muy populares entre las gentes de estas tierras, su curioso aspecto llama la atención a primera vista. Normalmente se nos presenta en pareja, aunque en ocasiones el artista tan solo representa, en cerámica un fuerte toro, bien plantado en el suelo, pero con ojos saltones y desorbitados, una lengua intentando lamerse la nariz y muchos adornos., Los Toritos de Pucará son más que simples objetos decorativos. Su origen e historia está cargada de simbolismo, y resulta generosa en esa realidad mágica que brota espontáneamente por toda América Latina, como exponente de que la cultura indígena no fue barriada de la faz de las tierras que los conquistadores españoles iban colonizando y evangelizando. Son guardianes de la historia inca, portadores de sabiduría ancestral y embajadores de la rica diversidad cultural del Perú. En cada figura, en cada detalle, se esconde un universo de significados que nos invita a reflexionar sobre la identidad y de este pueblo acogedor y amable con los visitantes.
Colocar 2 toritos de Pucará y una cruz en medio sobre las casas es una costumbre muy común en los pueblos andinos del Perú, en realidad, los puedes llegar a encontrar en casi todo el país incluyendo la capital Lima, pero es mucho más frecuente en Cusco o Puno, y en lugares más pequeños que la capital. Al parecer, según nos cuentan, la tradición de hacer y colocar los toritos proviene de un pueblo llamado Pucará a 101Km al norte de Puno. Fueron los Chepa Pupuja, que hasta ahora siguen haciendo cerámica para muchos pueblos, los creadores de esta mágica y protectora figura, casi dioses, ellos en la época colonial, empezaron a hacer la imagen de estos toritos en cerámica para mantener una cultura mágico-religiosa entre los campesinos, que automáticamente adoptaron este símbolo como Protección, Felicidad y Fertilidad en los hogares.
Hay que entender el sentido de Los toritos que traen felicidad, protección y fertilidad a todos los que habitan sus casas bajo las que extienden sus dominios y poder de conjurar los demonios y sus males. Están rodeados de una aureola especial que se considera como un símbolo de la identidad andina, es por eso que muchas familias los tienen en la cumbre de sus hogares, ya sea en sus techos o como adornos en las viviendas, para vigilar los hogares, bendecir los matrimonios y proteger a la familia. Los Torito de Pucará son considerados desde siempre como uno de los máximos representantes de la cultura andina. Además, de su carácter protector, se presenta cargado de energías positivas, es un símbolo de prosperidad y felicidad, este guardián espiritual del mundo andino y emblema cultural que identifica a los peruanos.
Desde tiempos inmemoriales, el Torito de Pucará ha sido portador de buen augurio y protección. Utilizado en antiguos rituales para asegurar la prosperidad y la felicidad en los matrimonios, hoy en día estas figuras son baluartes de un acervo cultural, símbolos de la importancia de mantener vivas las tradiciones ancestrales. La leyenda que rodea al Torito de Pucará, con sus raíces profundamente arraigadas en la tradición oral, nos habla de la estrecha relación entre el hombre y la naturaleza. La imagen del toro, hincando su cuerno en una roca para hacer brotar el agua en medio de una sequía desoladora, evoca la conexión mística entre el ser humano y los elementos que lo rodean.
Los toritos reflejan la armonía entre el hombre y la tierra, entre lo terrenal lo divino. Y se rinde a través de ellos culto a un símbolo perdurable de la historia y de las gentes y pueblos Andinos del Perú. Cada aspecto de esta icónica figura porta un simbolismo propio, desde el agujero en la espalda que evoca el acto de fecundación, hasta el asa que representa la unión sagrada entre el hombre y la mujer en el vínculo matrimonial. Los ojos del toro, vigilantes y atentos, reflejan la mirada introspectiva del ser humano ante el mundo que lo rodea, una invitación a la autoobservación y la conexión con la naturaleza. Los adornos y detalles geométricos pintados en forma de espirales no son meras decoraciones, sino representaciones de los ciclos de la vida, recordatorios de que todo lo que se da regresa en un eterno flujo de energía y renovación. Los colores y diseños empleados en su decoración suelen tener significados específicos, relacionados con la fertilidad, la prosperidad y la conexión con la Pachamama o Madre Tierra.
Y en la dualidad andina, manifestada en la pareja de toritos, encontramos la armonía y el equilibrio buscados en la complementariedad de fuerzas opuestas, un recordatorio de que la unidad en la diversidad es la clave para alcanzar el bienestar común. Además, el torito representa la dualidad y complementariedad de la vida, conceptos fundamentales en la cosmovisión andina. La historia del Torito de Pucará está envuelta en mitos y tradiciones ancestrales. Una de las leyendas más conocidas relata que, en tiempos de una severa sequía en la región de Pucará, un campesino decidió ofrecer un toro en sacrificio a los dioses andinos para implorar por lluvia. Al llevar al toro al peñón de Pucará, el animal, resistiéndose, golpeó con sus cuernos una roca, de la cual brotó agua abundantemente, salvando así al pueblo de la sequía. Este milagro consolidó al toro como un símbolo de fertilidad y abundancia en la cultura andina y resulta clarificador de como el culto a la naturaleza indígena asimiló la religión cristiana de los conquistadores, haciendo propio mitos, leyendas y conceptos del evangelio. Angel Utrera.

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