EL ECO DEL SILENCIO


La ventana cerrada
la mano de acero helado
al viento de la partida.
Hielo y fuego en la mirada
tan lejana
como el eco del silencio en tus entrañas.
Tu mirada tan ausente de la mia
sobre las sábanas aún calientes
de nuestra cama vacia.
Las últimas palabras rotas
sobre las piedras inertes
y el eco de mi silencio
que tu nombre repetia,
mientras que sin remedio
poco a poco te perdia.
Como un loco empecé a buscar
el eco de tus lágrimas saladas
que mi sonrisa aborrecia
entre el silencio de la gente
dia tras dia,
inutilmente.

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