MI ABUELA EN BLANCO Y NEGRO (Microrelatos con sabor a Sal).



Mi abuela era mi abuela en blanco y negro. Mi abuela, era tan solo mi abuela.
Teñida de luto riguroso y obligado y vestido cerrado hasta el cuello, porque el negro era su destino.
Mi abuela no era mi abuela; era mama Sofía.
Recuerdo que de pequeña que era nos teniamos que agachar para besarla y sus manos arrugadas, suaves y cálidas como una caricia.
Nunca tuvo carnet de identidad, ni falta le hizo y una vez que la obligaron  y tuvo que hacerlo
nos lo enseñaba orgullosa, mira lo que pone aqui niño;

-De profesión sus labores.




Y sus ojos chiquititos se reían; sus labores¡.Mentira cochina¡; la casa, mi marido, mis hijos, mis nietos planchar ropa, fregar suelos, haceros la comida, cuidaros si estais enfermos.
Sus labores....¡mentiras cochinas¡, nos decía, riéndo.




Mi abuela no cumplió ochenta años y un mal día se cansó del luto, de dar besos y regalar cariño, de rezarle a la virgen de los Martires en su dormitorio oscuro donde teníamos prohibida la entrada y decir que si a todo con resignaciòn cristiana, y con la misma dignidad de sus labores se jubiló de la vida y nosotros empezamos a echarla de menos.







Quiero creer, lo confieso con vergüenza, que todavía en alguna ocasión rescato su reuerdo y aquel olor tan especial de mis recuerdos dormidos los de aquel aprendiz de todo que fui y me descubro siempre corriendo, en pantalón corto, sandalias de esparto, y la espalda desnuda, quemada por el sol abrasador de nuestros veranos, mientras recogía higos chumbos con una caña y sus espinas volaban entre el polvo seco de los barrancos, con todo el tiempo del mundo por delante entre sus manos.
Quiero creer, lo confieso con vergüenza, que sigue escondido bajo esta mi piel arrugada, mis tristezas y fracasos y que aunque ya no me reconozco en su risa y su alegría desbordante, si lo miro fijamente, en el fondo de sus ojos encuentro aquel que fui hace ya demasiados años, mientras sigo escuchado su voz y su negra figura vigilante desde la distancia, se hace cada dia mas presente.
Ahora, de cuando en cuando la recuerdo como si fuera mi abuela  y no mama Sofia.
Mi abuela, en blanco y negro. 
Angel Utrera.

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