LA CARCELERA.



LA CARCELERA.-
Mi breve pero intensa relaciòn con "La Carcelera", en aquel incipiente como gran urbe: el Madrid, de los años setenta del pasado siglo, que se esbozaba tras los gigantescos edificios de cristal y cemento de los nuevos Ministerios y su aledaña zona noble de entonces, se produjo casi sin querer y por casualidad, no puedo ni debo presumir de que resultara muy intensa ni fructifera si quiera, pero si que para no faltar a la verdad, tendré que reconocer que guardo un imborrable y cariñoso recuerdo de aquellos dias y de mi relaciòn con su fundador y alma mater; Jose Luis Lopez del Rio, desaforado animador socio cultural e enorme personalidad y una  incansable vitalidad arrolladora .

En aquel tiempo habiamos llegado hacia pocos años a la Capital del Reino, despues de que ilusionados, pronto habría de desengañarme y añorar para siempre mi hermosa Granada, la ciudad mora, donde mis primeros recuerdos se hacen poemas y risas de niños jugando a la alegria, con la inocencia y el descaro del que cree erroneamente que tiene toda la vida por delante y que acabará comiendose el mundo, casi siempre es el mundo el que acaba devorandolo a él y sus sueños de niño grande.
Mis padres pensaron entonces, con ese sentimiento que se pierde en la noche de los tiempos, y que hace que los progenitores cuiden y pretendan lo mejor para su prole, que en Madrid, sin duda encontraríamos mejores y mas oportunidades para estudiar y conseguir un buen trabajo con el que abrirnos camino en la vida, asi que una vez mas hicieron las maletas, y vuelta a empezar; casa nueva, vecinos desconocidos, colegio nuevo, ciudad por descubrir, mucho trasiego durante un tiempo hasta que te haces a sus calles, a sus coches, a su ruido y ajetreo y punto y seguido.

Desde que tengo y soy capaz de tirar de recuerdos, estos han viajado en el interior de una maleta; Malaga, Cadiz,Badajoz, Cordoba, Granada, Madrid, La Vera Extremeña, Tenerife y finalmente Galicia.
A la capital llegamos en el año 1970 y mi barrio pasó a ser el del viejo "Cuatro Caminos", presidido con aquel adefesio de scalectrix para desviar y regular el tráfico, que en aquella modernidad futurista se imponía como una ingeniosa oferta al ya caotico embudo que se empezaba a formar en los lugares mas congestionados y de paso obligado de la ciudad; Atocha, Plaza de Castilla, Cuatro Caminos y algunos otros.

En aquellos primeros meses de verano, en los que mi padre se hacía a su trabajo, y mi madre organizaba el desastre que conlleva siempre un traslado, con inmensos cajones llenos de polvo y paja, y cajas de carton, baúles de ropa para siete personas, y todo cuanto uno pueda imaginar que a lo largo de una vida vas acumulando estupidamente. Mi universo deambulaba entre el Mercado Maravillas, y los cines Cristal y Montijo, donde por doce pesetas te tragabas sesiòn doble y continua practicamente desde las tres de la tarde sin interrupciòn entre piratas, vaqueros e indios, y cientos de aventuras para vivir y revivir, precedidas por supuesto del famoso noticiero español aquel NODO, en blanco y negro que nos ponia al tanto de las noticias mas relevantes de la época.

Si bien como ya he dicho mi barrio era cuatro caminos y sus calles preñadas de viejas construcciones de ladrillo y barro, ultimos vestigios que se resistian a desaparecer de otros tiempos desparramadas en sombras y humedades hacia el madrid de la costa Fleming, modernista y futurista, de aquellos inmensos edificios, o por lo menos entonces asi nos lo parecían, mi vida fluia mansa y curiosa, la mayor parte de mi tiempo se iba entre Estrecho y Villamil, donde tenía el colegio de los Salesianos, y el de las niñas, que nosostros llamabamos las Salesianas.









A la Carcelera llegaría Yo, unos años mas tarde, ya adaptado al ritmo enfebrecido de la gran ciudad, a sus cambios de ritmos, sus insoportables calores y olores de verano, y gelidos inviernos con la Sierra de Guadarrama mandanos recuerdos en forma de aíre helado.
 Corria el año de 1974 cuando de la mano de las dos hermanas Ayllón, me acerqúe por primera vez a la Carcelera. Donde me dejé caer de cabeza,  porque tengo que reconocer que estaba medio enamoriscado en aquella época, de aquella aprendiza de mujer, Maria Jesus y su hermana Nines me había convencido de las bondades de lo que allí se hacía....Nuestra Nines que a pesar de la diferencia de edad siempre estaba con nosotros acompañandonos, inundandolo todo con su  inagotable alegría ingenua y su comprensiòn y paciencia infinita, para recomponernos cuando acudiamos a ella rotos en mil pedazos, por las frustraciones y los desengaños de la vida.

Ambas eran incondicionales seguidoras y admiradoras del talento de Jose Luis, por lo demás personaje de enorme personalidad como ya he señalado antes, bastante peculiar en sus formas y criterios, que se había marcado como meta vivir por y para el arte y la cultura, por lo que en aquel bajo del barrio de Malasaña, que ni por asomo era lo que es hoy, montó un chiringuito para encuentros musicales, desarrollo y disfrute del cante jondo y flamenco, y otras varias actividades entre las que destaco en la que Yo mismo  y por un muy breve tiempo anduve perdido y divagando con el libro, aquel infumable, “Historia del cine” de Roman Goubern, ya que se suponía que estabamos realizando un cursillo sobre cinematrogafía, tema que siempre me ha apasionado, y al que ya en aquellos años mozos, me asomé, con infausto resultado, porque resultó un fiasco, un coñazo y una perdida de tiempo entre tecnicismo, pedanteria y poco mas. Libro, por cierto que en aquella época se había convertido en todo un best seller, un libro de culto imprescindible de la progresía madrileña, a la que yo empezaba a asomarme, buscando algo, como siempre, sin saber que, porque mi vida ha sido un continuo transitar por lo desconocido y nuevo siempre buscando no se todavía muy bien el qué, con un poso amargo de insatisfacciòn que aún hoy no he conseguido colmar.

 
Reconozco que Jose Luis,  voluntarioso como el que mas, pretendía acercarnos a este mundo de la direcciòn y esta fábrica de sueños y mentiras que habian creado los hermanos Lumiere, bastantes años antes,  como demostraría con el paso del tiempo filmando la pelicula "Casas Viejas", sobre los tragicos sucesos acaecidos durante la Segundo Republica, en aquel pueblo Andaluz de triste recuerdo, con la  que incluso obtuvo algún premio, pero en el momento en que Yo me acerqué a su mundo, porque la Carcelera era todo su espacio vital, su realidad y sus sueños,  distanba bastante de conseguirlo, o por lo menos Yo no fui capaz de profundizar mas allá de la superficialidad de unas paginas tremendamente aburridas e incomprensibbles para mi, de un mundo del que desconocía todo absolutamente.

Mi paso por aquel centro cultural de actividades resultó, como en muchas otras ocasiones a lo largo de mi vida, una experiencia frustrante, pero que curiosamente nunca he olvidado, asi que algo de aquella Carcelera, si que debía quedar en mi interior, por lo menos cariño y gratitud, lo que ya es mucho, muchisimo decir.

Hace ya algún tiempo en este mismo blog, hice una entrada recordando aquellos años setenta del Madrid cultural, en el que otros muchos circulos y grupos de escritores mantenian viva la llama de la poesía, la literatura, la controversia politica y las ansias de libertad, en circulos y cafés literarios, en donde se reunian de tanto en tanto, como en aquel famoso Café Comercial”, de la glorieta de Bilbao, o este bajo de La Carcelera de la que me ocupo hoy , y que copio en parte, para los que no tuvieron oportunidad de leerla entonces;

Alí, naquel sóutano, dende onde polas fiestras con reixas e barrotes de ferro podías ver pasar a xente na rúa,  mesmo podías participar nun curso de cinematografía, que tomarche un Fino La Ina, ou un Tio Pepe, escoitando cante jondo ou flamenco, por cataores saídos Deus sabe de onde.

A asociación cultural de nome tan sorprendente como curioso para aqueles anos grises de ausencia de liberdade, Tribunal de Orde Publico, lei de vagos e maleantes, grises e outras marabillas do mundo mundial do que o Pais dos golpistas, co Xeneral Franco a cabeza era o "number one" ; A Carcelera,  crease no ano 1974. Tiña o seu lugar de reunión no numero dez da rúa de Monteleón, e o seu nome xurde do cante flamenco que se cantaba sen guitarras, a pao seco, nas abarrotadas cárceres do  represor franquista, baixo  a dirección de Jose Luis Lopez del Rio, que mesmo foi o culpable da  creación da cooperativa de cine Andalusí, que produxo a película que recolle os terribles sucesos ocorridos no ano 1933 de todos coñecidos: Casas Viejas. 
Alma mater incansable e espírito da actividade cultural que ata foi quen de ter desenvolvido durante mais de vinte anos, nos que chegou a ter case que 300 socios  e para algúns mesmo pódese considerar a Carcelera, como a primeira sa de cine independente que existiu en Madrid, onde poucos anos mais tarde, íanse abrir as primeiras salas de cine del chamado "Arte y ensallo".
Moitos daqueles socios e simpatizantes, coma min, participaban activamente cada sábado nas "Huergas" (juergas- pronunciado segundo o deje andaluz- derivación de folga, na súa acepción de folgarse, devagar ou sentir e desfrutar o pracer de non ter que facer nada por obriga, tan so polo verme da cultura).

Angel Utrera.       
      

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