CRONICAS DE UN PUEBLO. (HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA).
En este
entorno de protestas, y represión en los
que se considera prácticamente todo, como delito penal, con juicios que son
farsas a través de los tristemente famosos TOP (Tribunales de orden publico), y
exigencia cada vez más intensa de libertad y amnistía, incluso desde la
iglesia, el movimiento sindical y los partidos políticos en el exilio, el brazo
derecho del régimen, a la sazón el Almirante Carrero Blanco, propone al
director general de televisión Española, evidentemente la única que existía,
Adolfo Suarez, el que años mas tarde encabezaría el proceso de transición
democrática y la aprobación de una nueva Constitución por la que regir
el País, la creación de un programa de televisión en el que se ensalce los
valores patrios, santo y seña de la propaganda franquista durante toda su larga
y terrible historia.
En ella
habría que hacer hincapié a los principios generales del movimiento defendidos
desde el Ministerio del Movimiento, del que fue uno de sus últimos Ministro
Secretario general del movimiento, D. Jose Utrera Molina, primo carnal de mi
padre, que en paz descansen los dos, al Fuero del Trabajo, y al Fuero de los
Españoles, por encima de cualquier otra consideración, desde un punto de vista
sencillo, tierno, ameno y con humor.
Resulta
elegido para llevar adelante esta serie
que alcanzó un autentico éxito el
director cinematográfico Antonio Mercero, que rueda uno tras otros los capítulos
de la misma, en un supuesto pueblo cualquiera de España, al que se le denomina;
Puebla Nueva del Rey Sancho, en realidad los exteriores corresponden al pueblo
Castellano de San Torcaz, muy cerca de la capital del Reino, y con guión de, Juan
Farias, Miguel Picazo y Juan Alarcón se narra de una manera amable la
vida de las gentes que llenan las casas de cualquier pueblo de España en
aquellos años.
Personajes
reales, de ahí el inmenso éxito que alcanzó la serie, premiada con varios de los Antena de Oro, Premio Ondas,
los TP de Oro de la época, entre otros,
como el maestro, el cartero, "Braulio" el Alcalde, Don Pedro", el cura, Marta la boticaria, los niños de la escuela,
el alguacil "Goyo", etc. se nos van presentando de forma pedagógica y
cargadas de una intensa moralina la doctrina e ideología educativa y social que
el régimen pretendía y buscaba para sus intereses de perpetuarse
indefinidamente en el poder y siempre políticamente perfecta y cristianamente
adecuada, realzando los valores cristianos por excelencia; La fe, la caridad,
la esperanza, la amistad, el respeto a los mayores y un largo etc.
La
autoridad es encargada por el Alcalde, el cura y el cabo de la Guardia Civil,
que imponen orden, ley y respeto. La figura ponderada del maestro "Don
Antonio", la ayuda siempre oportuna del cartero, el alguacil, el conductor de autobús Dionisio, o la
boticaria convirtieron la representación de sus pequeñas grandes mentiras, las
pequeñas e insignificantes vidas de los miles de invisibles españolitos de a
pié que vegetaban en los miles de pueblos y villas repartidas por nuestra
geografía, en un espejo en el que se miraban cada día cientos, miles de
nuestros paisanos durante los tres años que estuvo en antena.
Fueron
años en los que la elección de programación
resultaba sencilla, o la primera o la UHF, en la mayoría de los hogares en
blanco y negro, y en muchos de nuestros pueblos, como aquel de la
pequeña pantalla, seguido en los famosos Teleclubes, en los que la gente se
plantaba delante del televisor trayéndose la silla de casa.
Entrañable
resulta recordar ahora la imagen de Goyo, con su trompetilla, recitando los
bandos municipales, a voz en grito en la plaza del pueblo....De orden del Señor
alcalde, se hace saber.......con su boina y su chaqueta de pana con coderas, o
la bicicleta del cartero, con la que Braulio iba repartiendo la correspondencia
de casa en casa, que nos hace visto con la experiencia de la distancia,
comprender cuanto ha cambiado nuestra sociedad, posiblemente a mejor, aunque
sin duda algunos nostálgicos como Yo, pensemos que no todo tiempo pasado fue
mejor, ni peor, únicamente diferente.
Sea como
sea a mi particularmente que siempre he sido especial para todo, nunca me convenció esta pseudo
trama pueblerina y costumbrista, casi de neo realismo italiano, en el que todo
terminaba bien, todo eran buenos consejos, mejores palabras, y situaciones
acarameladas, positivas, de tierno humor y socarronería, tan tipical Spain,
como el traje de gitanas, el flamenco, o los toros a las cinco en punto de la
tarde, y no sé porque me quedaba con las praderas del Virgiliano, aquellas imágenes
de Bonanza en las que ardía el cartel mientras sonaba una música maravillosa, o
Embrujada y sus hechizos de nariz,
pero es
que siempre he sido muy rarito para todo.
(Las imágenes contenidas en estas fotografías, tomadas prestadas de paginas de la red, por lo que pido perdón a sus autores, corresponden a escenas de algunos de aquellos capítulos de la serie a la que hoy rendimos homenaje).
Comentarios