DESEO
La còncava
silueta de tus senos
ahito del pezòn
que me cautiva
el hueco de tus
ingles palpitantes
bajo el
ardiente centro de mis dedos.
Me pierdo y me
devoras
me hundo y
difumino
me vierto y
sòlo se que no hay dominio,
que no soy Yo,
y no soy nada.
Se borra en un
instante el deseo de tu carne
y encuentro en
las arenas dulces del amante,
el reposo de
dos cuerpos desnudos
bajo el ala clara
de la sangre derramada.
Miro las
sombras de la noche,
el velo
siniestro de la luna, rasgado.
Son las cuatro,
la hora convenida,
la huida del
amante intruso
que sale a
escondidas, sigiloso,de tu seno,
sin màs huellas
que unos labios dibujados
en la matriz
profunda de tu vientre.
Al calor de
unas sabanas revueltas
con las que
cubrir los desnudos hombros
del que duerme.
Mientras, los
ojos se despiden nuevamente
en un silencio
eterno de besos y de abrazos,
de piernas
enlazadas, de manos atrevidas, de
gemidos y
lamentos en el presente temido,
por el futuro
ausente,
se enciende la
llama incandescente del adios,
que atusa la
pasiòn desenfrenada, cierta y doliente.
Serena quietud,
paz infinita,
inmensa de la derramada noche.
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